TENDENCIAS
- Celia García Castilla
- 18 abr 2019
- 1 Min. de lectura
Llevarme las llaves de Juan tiene dos variantes
-Que se quede en la calle como un perro
-Que lo deje encerrado en casa cual donzella mui cuitada del un mal encantamiento.
Quedarme yo encerrada en la casa porque no encuentro mis llaves me permite adquirir una perspectiva en primera persona de todo este proceso creativo, lo que me surte de inspiración para seguir cagándola día tras día.
La risa de la vecina, que acude a mi llamada con una copia de las llaves, marca el tempo de mis movimientos y los engloba en un bucle infinito de humillación y culpa, lo que da al diseño final de mi obra un aspecto integrado.
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